jueves, 28 de diciembre de 2023

MAS NO SUPIERON NUNCA...

 

MAS NO SUPIERON NUNCA…

 

 

Mas no supieron nunca

que nos amamos,

y la fuente que llora

solitaria en la sombra

nunca vio reflejarse nuestra dicha

en la dulzura inmóvil de sus ondas.

 

La galería sueña con sus viejos retratos

en marcos de oro, y con sus paisajes

de monterías invernales,

donde hay un dulce ciervo que brama porque un perro

hinca furiosamente los colmillos

en sus ijares espumosos,

pero la galería que duerme desde el tiempo

de aquellas cacerías en la Sierra

nunca supo que nos amamos.

 

El comedor se alumbra con los pámpanos

de la parra que escala los balcones.

Se perfuma en un hálito de fruteros repletos

de fresas, de manzanas y de peras,

y el viejo aparador de caoba se yergue

en la severidad de hace cien años,

mas nunca supo, envuelto en el vaho otoñal,

que nos amamos.

 

Subíamos riendo la escalera hasta llegar al palomar todo blanco.

El patio parecíanos entonces algo triste.

Los rayos en las vagas madreselvas

diríanse un enjambre de irritadas abejas.

El olor del invierno persistía

en los abandonados corredores.

 

La sombra de las hojas se movía en los muebles

enfundados del gran comedor solitario.

Bajo aquel cielo azul de primavera,

en aquel palomar completamente blanco,

solos, entre aleteos y arrullos de palomas,

desnudos y tendidos sobre el sol nos amamos.

 

Ricardo Molina

28 de diciembre de 1916

Puente Genil (Córdoba)

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