HOJAS SECAS
¡En vano fue buscar otro
amores!
¡En vano fue correr tras
los placeres,
que es el placer un áspid
entre flores,
y son copos de nieve las
mujeres!
Entre mi alma y las sombras
del olvido
existe el valladar de su
memoria:
que nunca olvida el pájaro
su nido
ni los esclavos del amor
su historia.
Con otras ilusiones
engañarme
quise, y entre perfumes
adormirme.
¡Y vino el desengaño a
despertarme,
y vino su memoria para
herirme!
¡Ay, mi pobre alma, cuál
te destrozaron
y con cuánta inclemencia
te vendieron!
Tú quisiste amar ¡y te
mataron!
Tú quisiste ser buena ¡y
te perdieron!
¡Tanto amor, y después
olvido tanto!
¡Tanta esperanza
convertida en humo!
Con razón en el fuego de
mi llanto
como nieve a la lumbre me
consumo.
¡Cómo olvidarla, si es la
vida mía!
¡Cómo olvidarla, si por
ella muero!
¡Si es mi existencia lúgubre
agonía,
y con todo mi espíritu la
quiero!
En holocausto dila mi
existencia,
la di un amor purísimo y eterno,
y ella en cambio,
manchando mi conciencia,
en pago del edén, diome el
infierno.
¡Y mientras más me olvida,
más la adoro!
¡Y mientras más me hiere,
más la miro!
¡Y allá dentro del alma
siempre lloro,
y allá dentro del alma
siempre expiro!
El eterno llorar: tal es
mi suerte;
nací para sufrir y para
amarla.
¡Sólo el hacha cortante de
la muerte
podrá de mis recuerdos
arrancarla!
Manuel
Gutiérrez Nájera
22
de diciembre de 1859
Ciudad de México (México)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
poesia