lunes, 8 de abril de 2024

COSAS

 


COSAS

A Max Daircaux

 

Amo las cosas que nunca tuve

con las otras que ya no tengo:

 

Yo toco un agua silenciosa,

parada en pastos friolentos,

que sin un viento tiritaba

en el huerto que era mi huerto.

 

La miro como la miraba;

me da un extraño pensamiento,

y juego, lenta, con esa agua

como un pez o con misterio.

 

Pienso en umbral donde dejé

pasos alegras que ya no llevo,

y en el umbral veo una llaga

llena de musgo y de silencio.

 

Yo busco un verso que he perdido,

que a los siete años me dijeron.

Fue una mujer haciendo el pan

y yo su santa boca veo.

 

Viene un aroma roto en ráfagas;

soy muy dichosa si los siento;

de tan delgado no es aroma,

siendo el olor de los almendros.

 

Me vuelve niños los sentidos;

le busco un nombre y no lo acierto,

y huelo el aire y los lugares

buscando almendros que no encuentro.

 

Un río suena siempre cerca.

Ha cuarenta años que lo siento.

Es canturía de mi sangre

o bien un ritmo que me dieron.

 

O el río Elqui de mi infancia

que me repecho y me vadeo.

Nunca lo pierdo; pecho a pecho,

como dos niños nos tenemos.

 

Cuando sueño la Cordillera,

camino por desfiladeros,

y voy oyéndoles, sin tregua

un silbo casi juramento.

 

Veo al remate del Pacífico

amoratado mi archipiélago,

y de una isla me ha quedado

un olor acre de alción muerto…

 

Un dorso, un dorso grave y dulce,

remata el sueño que yo sueño.

Es al final de mi camino

y me descanso cuando llego.

 

Es tronco muerto o es mi padre,

el vago dorso ceniciento.

Yo no pregunto, no lo turbo.

Me tiendo junto, callo y duermo.

 

Amo a una piedra de Oaxaca

o Guatemala, a que me acerco,

roja y fija como mi cara

y cuya grieta da un aliento.

 

Al dormirme queda desnuda;

no sé por qué yo la volteo.

Y tal vez nunca la he tenido

y es mi sepulcro lo que veo…

 

Gabriela Mistral

7 de abril de 1889

Vicuña (Chile)

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