CUANDO UNA BOCA SUAVE BOCA
DORMIDA BESA…
Cuando una boca suave
boca dormida besa
como muriendo
entonces,
a veces, cuando llega
más allá de los labios
y los párpados caen
colmados de deseo
tan silenciosamente
como consiente el aire,
la piel con su sedosa
tibieza pide noches
y la boca besada
en su inefable goce
pide noches, también.
Ah, noches
silenciosas, de oscuras lunas suaves,
noches largas,
suntuosas, cruzadas de palomas,
en un aire hecho
manos, amor, ternura dada,
noches como atavíos…
Es entonces, en la
alta pasión, cuando el que besa
sabe ah, demasiado,
sin tregua, y ve que ahora
el mundo le deviene
un milagro lejano,
que la abren los
labios aún hondos estíos,
que su conciencia
abdica,
que está por fin él
mismo olvidado en el beso
y un viento
apasionado le desnuda las sienes,
es entonces, al beso,
que descienden los párpados,
y se estremece el
aire con un dejo de vida,
y se estremece aún
lo que no es aire, el
haz ardiente del cabello,
el terciopelo ahora
de la voz, y, a veces,
la ilusión ya poblada
de muertes en suspenso.
Idea Vilariño
18 de agosto de 1920
Montevideo – Uruguay
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