lunes, 17 de junio de 2024

NORMA Y PARAÍSO DE LOS NEGROS

 


NORMA Y PARAÍSO DE LOS NEGROS

 

Odian la sombra del pájaro

sobre pleamar de la blanca mejilla

y el conflicto de luz y viento

en el salón de la nieve fría.

 

Odian la flecha sin cuerpo,

el pañuelo exacto de la despedida,

la aguja que mantiene presión y rosa

en el gramíneo rubor de la sonrisa.

 

Aman el azul desierto,

los vacilantes expresiones bovinas,

la mentirosa luna de los polos,

la danza cura del agua en la orilla.

 

Con la ciencia del tronco y el rastro

llenan de nervios luminosos la arcilla

y patinan lúbricos por aguas y arenas

gustando la amarga frescura de su milenaria saliva.

 

Es por el azul crujiente,

azul sin un gusano ni una huella dormida,

donde los huevos de avestruz quedan eternos

y deambulan intactas las lluvias bailarinas.

 

Es por el azul sin historia,

azul de una noche sin temor de día,

azul donde el desnudo del viento va quebrando

los camellos sonámbulos de las nubes vacías.

 

Es allí donde sueñan los torsos bajo la gula de la hierba.

Allí los corales empapan la desesperación de la tinta,

los durmientes borran sus perfiles bajo la madeja de los caracoles

y queda el hueco de la danza ¡sobre las últimas cenizas!

 

Federico García Lorca

Cuadro de Jacob Lawrence

 

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