DESPECHO
FEMENINO
Nos entregamos a la marea de los hombres
a sus crestas rompientes
llevándonos y trayéndonos
sobre el amplio oleaje de la vida.
Abierta concha nácar entregamos las perlas
los tesoros hundidos
los galeones y sus monedas antiguas.
De todos nuestros reinos les revelamos la contraseña.
Confiamos en sus mirada
en las palabras prometiendo el magma
para nuestros volcanes submarinos.
Pero ellos
con tifones y maremotos
dislocan el sitial de nuestras piernas
tornados siembran en nuestros pulmones.
Así hasta que la corriente nos lleva lejos.
Así hasta que nos acomodamos en el glaciar
y el iceberg
así hasta que la gélida agua cristalina
nos devuelve el ojo con que mirar nuestro propio desecho
y encontrar en lejanas tormentas
el trueno de rabia
que nos salve.
Gioconda Belli
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