SI DOS CON EL ALMA SE AMARON EN
VIDA…
Si dos con el alma se
amaron en vida
y al fin se separan en
vida los dos.
¿Sabéis que es tan grande
la pena sentida
que nada hay más triste
que el último adiós!
En esa palabra que breve
murmuran,
en ese gemido que exhalan
los dos,
ni verse prometen, ni
amarse se juran,
que en esa palabra se
dicen ¡adiós!
No hay queja más honda,
suspiro más largo
que aquella palabra que dicen
los dos:
el alma se entrega a
horrible letargo;
la vida se acaba diciéndose
¡adiós!
Al fin ha llegado la
muerte en la vida,
y al fin para entrambos
morimos los dos;
al fin ha llegado la hora
cumplida,
la hora más triste… el último
¡adiós!
Ya nunca en la vida,
gentil compañero,
ya nunca volvemos a vernos
los dos;
por eso es tan triste mi
acento postrero,
que nada hay más triste
que el último ¡adiós!
Carolina Coronado
12 de diciembre de 1820
Almendralejo (Badajoz)
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