CULPAS OBSOLETAS
Un momento de soledad
de paz
y la tarde es mía.
Me puedo sentar a leer
sin sentirme culpable.
Sin pensar que debía salir
a comprar el líquido para
desmanchar las alfombras
o bajar a jugar con la
niña.
¿Cómo será, me pregunto,
no sentir incesantemente
que uno debería ocupar
varios espacios al mismo tiempo?
No pensar, mientras se
tumba uno con un libro,
que se debería estar
haciendo otra cosa.
Asumir, como hacen los
hombres,
la importancia del tiempo
que dedicamos al propio
enriquecimiento.
Las mujeres
tenazmente sentimos
que le estamos robando
tiempo a alguien.
Que quizás en ese preciso
instante
se nos requiere
y no se cuenta con
nosotras.
Precisamos
todo un entrenamiento
para o borrarnos,
minimizarnos,
constantemente.
¡Ah! ¡Mujeres, compañeras
mías!
¿Cuándo nos convenceremos
de que fue sabio el gesto
de extenderle a Adán
la manzana?
Gioconda Belli
9 de diciembre de 1948
Managua – Nicaragua
No hay comentarios:
Publicar un comentario
poesia