sábado, 9 de marzo de 2024

FOTOGRAFÍA

 


FOTOGRAFÍA

 

 

Y encontré una fotografía amarilleada por el tiempo

la tez morena se iba ajando tras la estela fugaz del recuerdo,

la hondura de los ojos tenía la expresión volcánica

de la tarde sideral

y la huella de una lágrima vertida

significaba el fuego apagado en la siembra.

 

Y me miraba la fotografía interrogando,

cuán lejos estaba entonces

y me transmitía las palabras ahogadas en la garganta

durante las noches,

durante semanas, meses y años acodados

en la sombra de la distancia

y me revelaba unos dedos acariciando el destino

llevado al destierro.

 

Y pensaba: ¡cuántas veces esa fotografía

escucharía tus plegarias!

Y cómo tus sollozos iban apagando

el brillo del nácar bajo la luna

y sopesaba las tardes tras la cortina del ventanal

aullando cielos.

 

Y me pregunté: por qué un simple retrato

podía saber más de mi sangre, que mis propias venas,

si pronunciabas un nombre en penumbras agotadas

en las horas vespertinas y si alguna vez

implorabas la cercanía de una piel acariciando tu mirada.

 

Me seguía mirando esa profundidad reflejada

en los ojos de la fotografía

y a veces parecía sonreír a la yema de mis dedos,

como queriendo expresar tantos anhelos

abocados al recuerdo,

dentro de una maleta preparada

para el viaje que nunca comenzó.

 

Gloria Gómez Candanedo

Del libro: “Nombre de mujer”

 

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