domingo, 28 de enero de 2024

ALLÍ DESPACIO TE DIRÉ MIS CUITAS...

 


ALLÍ DESPACIO TE DIRÉ MIS CUITAS…

 

 

Allí despacio de diré mis cuitas,

¡Allí en tu boca escribiré mis versos!

¡Ven, que la soledad será tu escudo!

Ven, blanco oveja,

pero, si acaso lloras, en tus manos

esconderé mi rostro, y con mis lagrimas

borraré los extraños versos míos,

¿Sufrir tu, a quien yo amo, y ser yo el casco

brutal, y tú, mi amada, el lirio roto?

No, mi tímida oveja, yo odio el lobo,

ven, que la soledad será tu escudo.

 

¡Oh! La sangre del alma, ¿tú la has visto?

Tiene manos y voz, y al que la vierte

eternamente entre las sombras acusa.

¡Hay crímenes ocultos, y hay cadáveres

de almas, y hay villanos matadores!

Al bosque ven: del roble más erguido

un pilón labremos, y ¡en el pilón

cuantos engañes a mujer pongamos!

 

Esa es la lidia humana: ¡la tremenda

batalla de los ocasos y los lirios!

¿Pues los hombres soberbios, no son fieras?

Bestias y fieras! Mira, aquí ate traigo

mi bestia muerta y mi furor domado.

Ven, a callar, a murmurar, al ruido

de las hojas de abril y los nidales.

Deja, oh mi amada, las paredes mudas

de esta casa hoyada y ven conmigo

no al mar que bate y ruge sino al bosque

de rosas que hay al fondo de la selva.

Allí es buena la vida, porque es libre,

y tu virtud, por libre, será cierta,

por libre, mi respeto meritorio.

Ni el amor, si no es libre, da ventura.

 

¡Oh, gentes ruines, los que en calma gozan

de robados amores! Si es ajeno

el cariño, el placer de respetarlo

mayor mil veces es que el de su goce;

del bueno obrar que orgullo al pecho queda

y como en dulces lágrimas rebosa,

y en extrañas palabras, que parecen

¡aleteos, no voces! Y ¡qué culpa

la de fingir amor! ¡Pues hay tormento

como aquel, sin amar, de hablar de amores!

 

¡Ven, que allí triste iré, pues yo me veo!

¡Ven, que la soledad será tu escudo!

 

José Martí

28 de enero de 1853

La Habana - Cuba

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

poesia