viernes, 19 de enero de 2024

SOLILOQUIOS

 

 


SOLILOQUIOS

(De Segismundo)

 

1

Apurar, cielos, pretendo,

ya que me tratáis así,

qué delito cometí

contra vosotros naciendo;

aunque si nací, ya entiendo

qué delito he cometido;

bastante causa ha tenido

vuestra justicia y rigor,

pues el delito mayor

del hombre es haber nacido.

 

Sólo quisiera saber,

para apurar mis desvelos

(dejando a una parte, cielos,

el delito de nacer),

¿qué más os pude ofender

para castigarme más?

¿No nacieron los demás?

Pues si los demás nacieron

¿qué privilegios tuvieron

que yo no gocé jamás?

 

Nace el ave, y con las galas

que le dan belleza suma,

apenas es flor de pluma

o ramillete con alas,

cuando las etéreas salas

corta con velocidad,

negándose a la piedad

del nido que deja en calma;

y teniendo yo más alma

¿tengo menos libertad?

 

Nace el bruto, y con la piel

que dibujan manchas bellas,

apenas signo es de estrellas

-gracias al docto pincel-,

cuando atrevido y cruel,

la humana necesidad

le enseña a tener crueldad,

monstruo de su laberinto:

¿y yo, con mejor instinto,

tengo menos libertad?

 

Nace el pez, que no respira,

aborto de ovas y lamas,

y apenas bajel de escamas

sobre las ondas se mira,

cuando a tocas partes gira,

midiendo la inmensidad

de tanta capacidad

como le da el centro frío;

¿y yo, con más albedrío,

tengo menos libertad?

 

Nace el arroyo, culebra

que entre flores se desata,

y apenas, sierpe de plata,

entre las flores se quiebra,

cuando músico celebra

de las flores la piedad

que le da la majestad

del campo abierto a su huida;

¿y teniendo yo más vida,

tengo menos libertad?

 

En llegando a esta pasión,

un volcán, un Etna hecho,

quisiera arrancar del pecho

pedazos del corazón:

¿qué ley, justicia o razón

negar a los hombres sabe

privilegio tan suave

exención tan principal,

que Dios le ha dado a un cristal,

a un pez, a un bruto y a un ave?

 

(De “La Vida es Sueño”)
Pedro Calderón de la Barca

17 de enero de 1600

Madrid

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